Los gatos quieren ser unicornios. Y esa foto de gato feliz y orgulloso lo demuestra. Sólo así podemos justificar ese pasotismo ilustrado del que hacen gala normalmente, que resulta deberse a una necesidad mitológica frustrada que no hemos sabido percibir. Pero eso se puede acabar aquí y ahora: por sólo 4 euros podemos adquirir un cuerno hinchable que haga las delicias del minino. Eso no hará que pierda la costumbre de saltarnos a la espalda con el objetivo de asesinarnos, pero por lo menos le resultará más difícil esconderse y acechar en la sombra, lo que aumentará nuestras posibilidades de supervivencia y hará del mundo un lugar más seguro.
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